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Transparencia: clave del éxito de los bonos temáticos

El surgimiento de los bonos temáticos y de su importancia para la región hace también importante el reforzar la credibilidad y la armonización en la divulgación de resultados de los proyectos financiados.

Transparencia: clave del éxito de los bonos temáticos

Son muchas las herramientas de financiación que hacen posible el apoyo a proyectos de desarrollo sostenible. Entre ellas, los más prometedores y con mayor potencial son los bonos temáticos.

¿Qué son bonos temáticos? Pues son títulos de deuda que emiten tanto el sector público como el sector privado, con la condición de que los fondos que se obtienen se dediquen a financiar proyectos con impacto social y ambiental.

Hoy están disponibles en el mercado diferentes tipos de bonos temáticos que, en función del activo que se financie, encajan en cuatro categorías:

  • Bonos verdes. Financian proyectos vinculados a eficiencia energética, energías renovables, transporte limpio, edificios ecológicos, etc.
  • Bonos sociales. Los fondos se destinan a apoyar iniciativas sociales, como el acceso a infraestructura básica, vivienda asequible, inclusión financiera y social o igualdad de género.
  • Bonos sostenibles. Cubren en una misma financiación los proyectos de impacto medioambiental y social.
  • Bonos azules. Son los títulos de más reciente implantación y están vinculados a la preservación de los océanos.

El mercado que más se ha desarrollado es el de los bonos verdes. Según los datos recogidos por la organización Climate Bonds Initiative, en 2018 se emitieron a nivel mundial bonos verdes por valor de US$167.600 millones, sociales por US$14.200 millones y sostenibles por US$21.000 millones, mientras los azules están todavía en una fase muy incipiente de lanzamiento (el primero salió al mercado en Seychelles en octubre de 2018).

Los mayores países emisores de bonos verdes son Estados Unidos, China y Francia. América Latina y el Caribe, que se unió tarde a la tendencia de los bonos temáticos, está en cifras todavía bajas (representa un 2% del total mundial acumulado), con Brasil (un 41% del total), Chile y México como principales contribuyentes. Por segmentos, la mayor parte de los bonos de la región han sido tradicionalmente emitidos por empresas estatales, entidades gubernamentales o banca de desarrollo, mientras que la participación de la banca comercial y las corporaciones privadas ha sido limitada. América Latina ha emitido hasta la fecha US$13.6 mil millones según el estudio de mercado del CBI, el BID, BID Invest y PNUD.


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Un magnífico instrumento

En BID Invest pensamos que los bonos temáticos son un magnífico instrumento para contribuir a cerrar brechas de financiamiento y apoyar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas en América Latina y el Caribe. De hecho, recientemente la institución estructuró y suscribió en Panamá la primera emisión de un bono social de género en América Latina y también ha participado en proyectos similares en diferentes países de la región como Colombia, Argentina, Perú y México.

Pero si queremos desarrollar mucho más esta herramienta de financiación y llegar a conseguir un mercado diversificado, con tasas de interés competitivas, tenemos que convencer tanto a emisores como a inversionistas para que apuesten por los bonos temáticos como mecanismo impulsor de un crecimiento sostenible a largo plazo. ¿Y cómo se les convence?

Con mucho trabajo enfocado en tomar conciencia sobre el tema, por supuesto. Pero sobre todo con un esfuerzo de información y de transparencia para crear confianza entre los participantes del mercado. Porque la principal característica de los bonos temáticos es que son títulos de deuda condicionados a financiar determinados proyectos, pero ¿quién y cómo se asegura que el dinero va destinado a dónde tiene que ir?

Aquí es donde intervienen las reglas y los principios, que son los que nos dicen cuáles son las buenas prácticas en el uso y gestión de los recursos de la emisión y qué resultados e indicadores debemos divulgar para generar seguridad en el mercado. En este aspecto, contamos con los Principios de los Bonos Verdes, los Principios de los Bonos Sociales y las Guías de los Bonos Sostenibles, que han sido desarrollados por la Asociación Internacional del Mercado de Capitales (ICMA), aunque falta todavía mucho por hacer para estandarizar los criterios de divulgación, homogeneizar indicadores y disponer de unas reglas comunes de emisión y verificación globalmente aceptadas por todos los agentes del mercado.

La transparencia importa

Los principios han ayudado a guiar los compromisos del emisor respecto a los proyectos financiados y, en consecuencia, a promover mejores prácticas entre los participantes de mercado, incluyendo la adopción de medidas oportunas para mitigar los riesgos medioambientales y sociales asociados a los proyectos.

Sin embargo, en este proceso de generación de confianza es muy importante contar con la participación de agencias de certificación externas, cuya evaluación sirva como segunda opinión que acredite de forma independiente que las condiciones comprometidas en la emisión del bono se cumplen, y que realmente los fondos obtenidos se destinan a financiar los proyectos adecuados.

El camino que queda por recorrer en la región es largo, pero el potencial es significativo. En esa tarea, BID Invest será siempre un aliado potencial para los emisores y entidades del sector privado que quieren fortalecer sus estrategias de crecimiento desde una visión de sostenibilidad a largo plazo.■

Autores

Sandra Reyes

Sandra lidera el equipo de Instituciones Financieras para la región Andina de BID Invest, a donde ingresó en 2007. Es responsable de la originación y

Climate change

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